Limpieza de tu ordenador:

Los ordenadores requieren mantenimiento: actualizar el antivirus, hacer copias de seguridad de los archivos, una desfragmentación de disco duro de vez en cuando… Vale, pero también hay un mantenimiento más tradicional. Hablamos de limpiarlo, en el sentido más tradicional de la palabra. Y no sólo por fuera. Es como barrer el suelo de tu habitación. Puedes tener aquellas zonas que están a la vista limpias como los chorros del oro. Pero si miras debajo de la cama o mueves un mueble, es posible que encuentres una acumulación de polvo y pelusas de dimensiones considerables. No tienen vida ni van a saltarte a la cara para comerte los ojos, pero no dejan de ser suciedad. En el caso de los ordenadores, pueden provocar daños en su funcionamiento, especialmente ahora que llega el verano y es más fácil que se sobrecalienten. Por eso, vamos a explicarte cómo limpiar el interior de tu ordenador de sobremesa, así que toma nota. En primer lugar, desenchúfalo de la red. Aunque tengas el ordenador más silencioso del mundo, usará electricidad para funcionar. Vas a tocar sus “tripas”, y recibir una descarga no es una sensación muy agradable, aparte de que podrías provocar un cortocircuito y dejarlo inservible...(recomiendo leer antes de poner mano al CPU)

El segundo paso es abrirlo. Destornilla la pared de la torre y retira la carcasa, para que queden a la vista la placa base y todas las conexiones internas. Si nunca lo has hecho anteriormente, no te asustes por lo que puedas ver. Ten en cuenta que es sólo el interior de una máquina. Los forenses profesionales se enfrentan en su trabajo diario a cosas mucho más desagradables, y mantienen el tipo. Lo que tienes delante tuyo no es para tanto.
Y ahora llegamos al momento fatídico: la limpieza, propiamente dicha. No se te ocurra coger un trapo y restregarlo como si estuvieras limpiando la mesa del salón. Los componentes internos de un ordenador son delicados. Hay que tener cuidado. Por ejemplo, usa un pincel pequeño o una brocha de maquillaje para atrapar las pelusas. Si tienes un plumero de pequeñas dimensiones, mejor que mejor.
O puedes hacerte con una pera de aire, de las que se usan para limpiar los objetivos fotográficos. La usas para expulsar aire y que las pelusas se desprendan, y luego las recoges delicadamente con una servilleta de papel. Fíjate bien en el ventilador interno, ya que las pelusas pueden llegar a obstruirlo.
Puede que todo esto te parezca inútil, y tienes derecho a pensar como quieras. sólo son consejos, para que no te pase lo que al autor de las fotos que acompañan a este artículo.
Y, por cierto, también conviene limpiarlo por fuera de vez en cuando. Aunque seas un adicto al ordenador.